¿Has calculado cuánto tiempo se te escapa de las manos esperando? Un bus en la parada, una cola para pagar en un comercio, un metro en el andén, a alguien que llega tarde…
Dándole vueltas a eso, encontré la idea para el proyecto fotográfico que tenía que desarrollar durante los últimos meses de 2015. Y es que en octubre decidí que tenía que aprender a manejar mi nueva cámara, una mirrorless de Fujifilm, a la que tenía muchas ganas, pero a la que no le estaba sacando partido.
Así que decidí comenzar a estudiar fotografía. Empecé con un curso de iniciación para afianzar las bases, y hace una semana, he comenzado con la segunda parte, con un montón de ganas de seguir aprendiendo sobre técnica y composición.
Han sido muchos sábados de madrugones para ir a clase, pero ¡los he disfrutado tanto! Aprendiendo, investigando y haciendo fotografías que nunca pensé que podrían salir de mi cabeza y de mi cámara. Pero llegó el día de empezar a pensar en el proyecto final, y ahí me asaltaban las dudas.
Gente que espera
Que la fotografía urbana me gusta, no es ningún secreto. Así que pensé que sería un buen ejercicio darle una vuelta de hoja a lo que suelo hacer y acotar un tema que aunque estuviera dentro de mi zona de confort, hiciera que me arriesgara y me obligara a mirar diferente.
Y lo encontré. Gente que espera. Durante las Navidades, bajé un par de días al centro de Barcelona, cámara en mano, a mezclarme con la gente, pasar desapercibida y conseguir fotografiar a personas que se encontraban esperando en la calle, ya fuera un transporte público, a una persona, leyendo, fumando, consultando el móvil…
No quise interferir en las escenas, sólo tener paciencia y esperar… A que alguien se girara, a que alguien se encendiera un cigarrillo, a que alguien se olvidara de mi cámara y de mí y siguiera esperando.
Éste es el resultado. Gente que espera.
¿Te has parado a pensar el tiempo que gastas esperando? ¿Qué sueles hacer mientras esperas?
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