Confieso que llevo con esta entrada en el apartado de ‘borradores’ desde hace casi dos semanas. Me cuesta bastante poner palabras a la vivencia de entrar en aquel oasis que fue para cientos de mujeres, poder descansar y cuidar de sus bebés lejos de la guerra.
Visité la Maternidad de Elna a principios de mes, justo antes de mi cumpleaños, no sé si fue por eso que me removió tanto.

Visitando La Maternidad de Elna
El edificio, que originariamente era un castillo, fue reconvertido en un refugio para mujeres embarazadas después de la Guerra Civil y durante la Segunda Guerra Mundial (hasta 1944, cuando tuvieron que huir por el acecho de las tropas nazis) por la enfermera suiza Elisabeth Eindenbenz. Después de prestar ayuda humanitaria en España, decidió quedarse en el sur de Francia centrándose en uno de los colectivos más vulnerables, las mujeres que estaban a punto de ser madres.
Porque cuando cruzaron la frontera huyendo de la Guerra Civil y de la represión franquista, familias enteras se encontraron con una Francia que no sabía muy bien qué hacer con todas esas personas, y las recluyeron en un campo de concentración en plena playa, uno de ellos, en Argelès-sur-Mer, sobreviviendo en unas condiciones inhumanas, a merced de la intemperie, el salitre, el frío… A morir durante el parto. Cualquier historia que se pueda contar de las vivencias de aquellas mujeres no acaba de reflejar lo terrible de la situación, alimentando a sus bebés con agua de mar, enterrándolos en la arena para que no cogieran frío… Condenadas a verlos morir poco a poco.
“Había una madre que no tenía leche y el niño lloraba de hambre noche y día. Cuando éste se rendía de tanto llorar, se dormía y ella lo calentaba con su cuerpo. Las mantas que tenían todavía estaban mojadas desde aquellos días terribles de febrero.Cuando salía el sol, enterraba al pequeño en la arena hasta dejarlo cubierto y con la cabecita fuera. La arena le servia de manta.Pasaron unos cuantos días, pero finalmente el niño murió de hambre y de frío. Yo estaba embarazada y sólo pensar que mi hijo nacería en ese infierno me desesperaba”. Mercè Domènech (Portbou, 2004)
Es lo que nos dejan las guerras. Lo hicieron en 1939, en 1945 o en estos momentos. Al ser humano despojado de sus derechos y obligado a aguantar una culpa que no es suya.
Las víctimas no pueden tener la culpa.











La visita fue emocionante. Se puede recorrer el edificio libremente, estancia a estancia, leyendo los paneles explicativos, o con la opción de fijarse en los detalles. Techos altos, suelos decorados, estancias amplias, una escalera de película… Al fin y al cabo fue un castillo, un edificio noble que cambió de uso para acoger el nacimiento de casi 600 niños y niñas que le ganaron la partida a la guerra.
Prepara tu visita a la Maternidad de Elna
- La Maternidad está situada en la población francesa de Elna, a unos 40km de la frontera con Catalunya por La Jonquera. La dirección exacta es Château d’en Bardou, Route de Montescot, 66200 Elne.
- En invierno, se puede visitar de martes a domingo, de 9.30 a 12.30h y de 14 a 17h. En verano, el edificio está abierto todos los días, de 9.30 a 12.30h y de 14 a 18h.
- La entrada tiene un precio de 3,5 euros, pero hay tarifas especiales para grupos, y para menores de 12 años.
- Antes de entrar puedes ver un pequeño documental con imágenes del día a día del centro y una entrevista a la propia Elisabeth.
Si antes de ir te apetece profundizar en la historia de la Maternidad de Elna, puedes hacerlo a través de:
- Este libro, La Maternidad de Elna, de Assumpta Montellà
- Este otro libro, Elisabeth Eidenberg. Más allá de la Maternidad de Elna, de la misma autora
- Este documental (en catalán), El legado de la Maternidad de Elna
- Esta película (en catalán), La luz de Elna
¿Conocías la historia de la Maternidad de Elna? ¿Sabías quién fue Elisabeth Eidenbenz?

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