Mañana domingo cumplo años y vuelvo a estar contenta. El año pasado hice un alegato muy optimista sobre estar bien y levantarse después de cada golpe. Y volviéndolo a leer, se me ha pasado por la cabeza no publicar nada más.

Porque sigo pensando y sintiendo lo mismo. Quizá este año con alguna que otra herida más para la colección, pero ya curada casi del todo. Y cosas buenas, como poder sacar adelante Reenfoca2, un proyecto que llevaba en mi cabeza más de dos años y que por fin ha salido a la luz y funciona. A veces los planes salen bien.

No sé muy bien de qué va todo esto. No tengo ni idea de qué pasará mañana, ni de dónde estaré de aquí a un año. Pero tampoco hace falta. Qué más da, si luego la vida tiene otros planes y no avisa cuando los cambia.

Así que toca volver a arreglarse el pelo, colocarse las gafas, y seguir caminando, aunque sea con un poco de cojera.
Ya van 34… y los que quedan.
PD: Y ésta es la canción con la que me despertaré mañana.
Crédito de las imágenes (por orden): Clay Banks / Issara Willenskomer / Ian Espinosa / Jakob Owens
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