Por fin lo tengo en mis manos. Koya Bound, eight days on the Kumano Kodo.
Bueno, para ser realista, lo tengo en la pantalla del ordenador, porque no he podido hacerme con una copia física, pero por lo menos, lo puedo hojear virtualmente. Es una delicia fotográfica que descubrí a través de la plataforma de micromecenazgo Kickstarter.
Como sabrás, soy muy fan de los proyectos financiados por crowdfunding, y en el blog he dado buena cuenta de ello. Para esta vez, se habían unido dos de mis pasiones: la fotografía y Japón. ¿Qué podía salir mal?

Koya Bound, eight days on the Kumano Kodo
Kumano Kodo es como se denominan a las antiguas rutas que seguían los peregrinos que se dirigían desde Kyoto hacia los Tres Santuarios de Kumano, en la península de Kii, y que siguen conservando su encanto de otro tiempo. Estas rutas fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2004, y junto con el Camino de Santiago, son las dos únicas rutas de este tipo que han recibido este reconocimiento.

Según leo, los caminos están cuajados de cedros, riachuelos, cascadas, pagodas y pequeñas aldeas que parecen vivir atrapadas en el tiempo. Y al igual que yo siento fascinación por Japón, los fotógrafos Craig Mod y Dan Rubin, decidieron echarse la mochila a la espalda para recorrer, durante ocho días, la mayor parte de estas rutas.

Y lo hicieron con sus cámaras a cuestas, captando la vida en la montaña y los detalles más pequeños con los que se iban encontrando durante su peregrinación de 107 kilómetros por las rutas de Kumano. Así que decidieron sacar adelante este libro, que es una crónica fotográfica de aquel viaje, de sus vivencias, de una naturaleza que deja sin palabras y de una calma que se transmite en cada una de las imágenes.
There’s a special rhythm to walking in Japan, made possible in part by the vast transportation infrastructure and ecosystem of lodgings and hot springs. The day unfolds: You wake at dawn, eat a big breakfast, take some rice balls from the inn for the road, and then you spend the next eight to ten hours in the woods, cresting mountain passes, tip-toeing around snakes, singing away bears, finally arriving at your next inn or hut or home or hot spring. You bathe your weary bones in scalding hot water, eat a generous dinner, and then slip into futons by 8 p.m. It’s a damn fine way to walk the world with good friends. And the kind of schedule that permits a type of chatter not present in the everyday day-to-day.
Después tocó lo peor, sentarse y elegir qué fotografías entraban en el libro. Cuáles se quedaban fuera. Para ello, imprimieron todas las imágenes, las pusieron en el suelo y comenzaron a debatir. Con una edición limitada a 1.000 ejemplares con encuadernado japonés en tela, de 85 páginas, el trabajo no tuvo que ser nada fácil.





Después de publicar el libro, han decidido estrenar una impresionante web en la que puedes revivir su camino etapa a etapa, leyendo sus impresiones y observando algunas de las imágenes que forman parte de Koya Bound, eight days on the Kumano Kodo y de otras que se quedaron fuera del libro.
Quedan menos de 200 ejemplares a la venta, por si te interesa.
¿Conocías el Kumano Kodo? ¿Cuál es el destino del viaje de tu vida?
Crédito de todas las fotografías: Craig Mod y Dan Rubin

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